viernes, abril 30, 2004

Tareas para hoy:

-Intentar no hacer demasiado el ridículo en el examen
-Comprar regalo para p y día de la Madre (barato a ser posible)
-Comida (basura, probablemente)
-Vuelo de vuelta a casa. En vista del tiempo asqueroso que va a cubrir hoy la península se perfila un viaje movidito. Si este blog deja de actualizarse podreis suponer lo que ha sucedido. (Dios, que me pasa, antes me encantaba volar)
-Tratar de emborracharme hasta perder el sentido

jueves, abril 29, 2004

No se que pasa en esta casa, pero recibo llamadas en las que no hay nadie al otro lado y e-mails en blanco.
Es... inquietante.

Para los que dicen que sólo veo el lado malo de las cosas:
¡Madrid adelgaza!
Llevo cuatro días aquí y he apretado un agujero más en el cinturón.

Una de las cosas que hago en mi trabajo, es acompañar a los comerciales de la empresa en visitas a clientes, para ayudarles en caso de que se vaya a discutir algún tema técnico. Es algo que no me disgusta, ya que salgo de la oficina, conozco a gente y resulta entretenido. Las personas con las que tratamos en los clientes se pueden clasificar en dos grandes grupos: techies (léase tequis) y trajes.
Los techies son técnicos, que a fuerza de pegarse con las máquinas y los sistemas se hacen, de alguna manera, imprescindibles para la organización y por tanto, son ascendidos a tareas de responsabilidad. Suelen tener algún defecto físico evidente como por ejemplo tics nerviosos, bizquera, obesidad mórbida, ceceo, psoriasis u otras dermatosis, y una casi total incapacidad para las relaciones personales. Su discurso está plagado de tecnicismos, risas nerviosas y chistes fáciles que seguramente leyeron en alguna página web. Para romper el hielo, puedes hablar con ellos sobre los teléfonos móviles de última generación o el último software que cargaste en tu PDA.
Los trajes son diferentes. Cuando el traje nace, en la sala de partos, la comadrona le dice a su madre: señora, ha tenido usted un directivo. Visten impecablemente, no sudan, su corte de pelo ha costado más que tus zapatos. Hablan constantemente por teléfono. De hecho, puedes calcular el grado de interés que el traje tiene en la reunión, por el modo (silencioso, discreto, sonido aturdidor...) en que pone su teléfono. Hablan mucho, muchísimo, aunque de lo que dicen, sólo es aprovechable un 25%, y de ese 25%, más de la mitad, probablemente será mentira o inexacto. Muchos trajes fueron techies en su momento, pero reniegan de ello y sólo lo recordan cuando te quieren dejar claro que no puedes tratar de engañarlos porque ellos ya estuvieron en ese mundo antes que tu. No debes preocuparte por sacar temas de conversación, ellos lo harán. Te hablarán del mejor tipo de cesped para tu jardín, te explicarán por qué las bolas de golf tienen agujeros, te recomendarán un par de restaurantes de moda y te explicarán cuáles son las mejores rutas para llegar desde su casa al trabajo en hora punta.

Uno de los clientes que he visitado hoy era una mezcla de techie y de traje. Estaba imponente en su tres piezas (traje total), pero dominaba la charla técnica y acababa de sufrir una curiosa enfermedad infantil que le dejó marcas por toda la cara (techie típico). Nada que hacer con él. Estaba de vuelta de todo. Imposible convencerle de nada. Lo sabía todo mucho mejor que nosotros.

Hemos ido acompañados de un tipo que yo no conocía. Un traje de una empresa amiga. Al principio me aburrió bastante, porque toda su charla era acerca de técnicas de gestión empresarial, estrategias, plazos y planificación. Toda esa mierda que cada día que pasa odio con más fuerza. Pero después de todo dijo algo muy interesante:
"Hay gente que vive esta vida como si fuese de prueba, como si se estuviesen preparando para la de verdad que viene después. No es así. Esta es la única que tenemos y lo que no hagas ahora no lo vas a poder hacer nunca"
Con eso terminé de deprimirme para lo que quedaba del día (eran las 12:00)

Estoy pensando en cambiar de trabajo, en dedicarme a algo que sea completamente diferente a lo que estoy haciendo ahora y que a ser posible me guste.

¿Sabeis de alguien que pague por escribir chorradas?
(...)
(...)
(...)
Retiro la pregunta. Todos conocemos a cientos de personas a las que les pagan por escribir estupideces...

martes, abril 27, 2004

Hoy he visto a un conocido en un concurso de la televisión. Lo más curioso es que no me extrañó en absoluto. Me pareció lo más normal del mundo:
Es tuno.

Entró en la universidad el mismo año que yo, el '92, y lo único que aprobó fue el examen de ingreso en la tuna (y creo que inglés, porque si no aprobaba ninguna asignatura lo largaban). La última vez que supe de él (hace unos meses) allí seguía. Creo que ya está en tercero.
Por si fuera poco, es el que lleva la pandereta. El que da esos saltos tan graciosos (En su caso más graciosos aún. Le calculo 1,85m y 120Kg)
Odio a los tunos. Cada vez que oigo Clavelitos o Fonseca se me cierran los poros y es como si me costase respirar. En mi boda temía que apareciesen en mitad del banquete. Si lo llegan a hacer no me hubiese reprimido y seguro que hubiésemos acabado saliendo en los periódicos.
Mi abuela, en sus tiempos, debió tener algún asuntillo con un tuno, porque su mayor ilusión era que mi hermano y yo fuésemos a la universidad para ingresar en la tuna, no para conseguir una carrera. Creo que por eso mi hermano no estudío y se hizo punkie.

Comenté lo del concurso con un amigo común, y me dijo que este tipo se ha especializado en participar en concursos de TV, este ya es el tercero. El año pasado en otro concurso, ganó unos 20K euros. Es una forma de vida, supongo que vive con sus padres, y el dinero de los concursos le da para sus caprichos.

A veces me pregunto por qué seré tan jodidamente coherente.

Qué morbo, pero qué morbazo me da la guardia personal de Gaddafi:

Pa que digan de los musulmanes...
Por cierto, que hoy en día cualquier mindundi tiene página web, y que conste que no lo digo por nadie de la OpenList :)

lunes, abril 26, 2004

A los dieciseis años era un ávido consumidor de discos. Elepés, como se llamaban entonces. Gran parte del poco dinero que tenía se iba en discos y cintas vírgenes para copiar los que no podía comprar. Era un auténtico artista copiando discos, copiaba las carátulas y las carpetas, incluso el librillo de letras si lo traía.
Me gustaban más los discos que las canciones en si. Me encantaba escuchar cómo una canción enlazaba con otra, y cómo aquella colección de temas formaban un microuniverso que existía mientras el disco giraba. Seleccionar las canciones adecuadas y colocarlas en el orden correcto, de forma que ninguna desentone y todas contribuyan a construir algo más grande es todo un arte. Recuerdo algunos discos de la época que escuchaba como extasiado de principio a fin. Algunos de ellos:

Disintigration - The Cure: Siniestro, angustioso, maravilloso...
Brothers in Arms - Dire Straits: Más que un álbum parece un grandes éxitos, pero no...
La ley del desierto La ley del mar - Radio Futura: Cuatro caras perfectamente organizadas dibujan un pais peligroso pero atractivo
True Blue - Madonna: Optimismo en azul y rubio. Comprendedlo, tenía quince años.
Watermark - Enya: Seguramente es uno de los mejores discos de la historia. Es del año '88 y se sigue vendiendo!!
Diamonds & Pearls - Prince & the NPG: Derroche de ingenio. No se cuál era el mundo que reflejaba ese disco, pero se que me gustaría haberlo conocido.
Little Magnets versus the bubble of babble - Tranvision Vamp: Un mundo oscuro y sensual. Ahora lo venden en Amazon por menos de 1.80 US$
Pocket Full of Kryptonite - Spin Doctors: ¿Qué sería de estos?
Ten - Pearl Jam: Temas impresionantes, fuertes y desgarradores. Jeremy spoooooke in classsssss todaaaaaaay.....
Blood Sugar Sex Magik - Red Hot Chili Peppers: los peppers más peppers que nunca. Me da la impresión o después de aquello se ablandaron...?

¿Y a qué venía todo esto? Pues que a medida que me fui haciendo mayor, mis aficiones derivaron hacia otras no tan solitarias, con lo cual dejé un tanto abandonado todo el tema musical. De hecho tengo un vacío como de 5 años en los que no conozco a nadie. (¿la oreja de quien...?)
Hasta que hace un par de semanas escuché un disco maravilloso, con un puñado de temas a cual más bonito, que mantienen una línea preciosa de principio a fin. Se trata de Eco de Jorge Drexler, tengo que reconocer que lo he escuchado porque lo vi recomendado en varios blogs, y tenían razón!!
No me sentía tan bien escuchando un disco desde hacía muchos años. Es optimista y maravilloso. Todos deberíamos aprender de la poesía de este uruguayo. Seríamos mejores personas.

domingo, abril 25, 2004

Hoy, hace un año que este jardín dió su primera flor (cursi, pero inevitable, supongo). 366 días que han pasado en un suspiro. No ha habido demasiados cambios en mi vida. El estado de excepción en el que se encontraba mi empresa (la empresa en la que yo trabajo) entonces, se ha convertido en su estado normal.
Sigo teniendo los mismos problemas mas alguno que he recogido por el camino.
Por otra parte, he sobrevivido otro año, he comprobado que blogear es una de las aficiones que más me está durando y gracias a eso he conocido a un montón de personas con inquietudes similares, cosas interesantes que decir, o que simplemente se rien de mis desgracias. No os preocupeis, yo también me rio de ellas (de algunas).
Había pensado en preparar un post especial para este día, pero dado que no me encuentro en mi mejor momento, lo voy a dejar pasar.
Quizá el año que viene...

viernes, abril 23, 2004

Mi amigo R ha tenido un accidente con su coche nuevo. Bajando el puerto a 150 perdió el control y dió unos cuantos trompos hasta parar contra la mediana. Dice que fueron sus nervios templados los que le permitieron apartar el coche del precipicio, pero yo estoy seguro de que sólo ha sido suerte.
Él está bien, algo asustado pero bien. Es angustioso pensar como puedes perderlo todo, hasta tu vida, en una décima de segundo porque se rompa una pieza, te despistes cambiando la emisora de radio u ocurra algo totalmente ajeno a ti.
Me ha dicho que no te das cuenta de lo rápido que vas hasta que pierdes el control, cómo en cinco segundos ves flashes de toda tu vida.
Es morboso, pero me ha hecho ilusión que me dijese que en uno de los flashes que vió en aquel momento estábamos él y yo metiendo la cabeza en una fuente helada, una madrugada de un sábado de invierno de hace unos años (unos cuantos años...)

jueves, abril 22, 2004

Mañana es el día del libro. Por octavo año, se está realizando una lectura pública del Quijote que se alargará durante 48 horas. Espero que se convierta en una tradición.
Para unirme a la iniciativa, escribiré uno de mis pasajes favoritos. El epitafio del pastor Grisóstomo:

Yace aquí de un amador
el mísero cuerpo helado
que fue pastor de ganado
perdido por desamor.
Murió a manos del rigor
de una esquiva hermosa ingrata,
con quien su imperio dilata
la tiranía del amor.


No es justo. No es justo que alguien pueda escribir cosas tan hermosas, mientras el resto nos esforzamos y sólo conseguimos maltratar palabras sobre papeles en blanco que no tienen la culpa de nada.

miércoles, abril 21, 2004

¡¡Sabía que utilizar blogger tenía que tener algo de bueno!!

Amablemente me han ofrecido una cuenta en el servicio gmail de google.

¡¡Esta gente sabe cómo hacer feliz a un geek!!

He terminado pronto el trabajo. P estará ocupada unas horas y p está con mis padres.
Estoy solo, hace un día maravilloso y no se gue hacer (estoy inquietantemente inapetente). Podría sacar el portátil y adelantar algo de trabajo, pero no me pagan lo suficiente. Debería estudiar para el examen de la semana gue viene, pero no me apetece.
Así que me he sentado en la terraza de un bar, he pedido una cerveza y estoy escribiendo en mi PDA. Me dedicaré a mirar a los transeuntes a ver si se me ocurre algo.

martes, abril 20, 2004

Se que no hace falta demasiado para deprimirme, pero ver que la próxima vez que tenga que renovar mi carnet de identidad tendré 41 años...

lunes, abril 19, 2004

Mi bisabuela, F, ha cumplido cien años. Lo hemos celebrado con una comida a la que ha ido casi toda la familia. Como en cualquier otra familia, supongo, hay gente a la que quiero mucho y otros a los que no soporto, pasando por un creciente grupo de novios/as, compañeros/as y familia política relativamente cercana a los que apenas conozco.
F se encuentra todo lo bien que se puede estar con esa edad, todavía puede salir a comer fuera y beber un vaso de vino (o dos), se emociona muy fácilmente y se le alegra la cara cuando ve a su tataranieta (p)
Me gustaría que p pueda tener un recuerdo claro de su tatarabuela, creo que es algo muy bonito y que no está al alcance de cualquiera. F, espero que todavía aguantes unos años más. Desde aquí te envío un besazo.
Aparte de lo agradable que resulta celebrar este tipo de cosas, el evento sirvió para confirmar una sospecha. En esta parte de la familia, hay un par de personas que inevitablemente me saludan con:
"Estás más gordo!!"
Antes me molestaba, porque yo estaba seguro, y la báscula lo confirmaba que no había aumentado de peso desde la última vez que me habían visto. Hasta que me di cuenta de que comparaban mi silueta actual con la que tenía a los 16 o 17 años (la época en la que más delgado estuve).
Esta vez, hacía más de un año que no nos reuníamos, y desde entonces he adelgazado bastante, además con el nuevo look que me da mi incipiente melenita, creo que tengo un aspecto bastante bueno. Quería ver si esta vez me saludaban con un:
"Qué delgado estás!!"
Pero no. No me han dicho nada. Creo que les ha desilusionado bastante que tenga buen aspecto.
En fin...

viernes, abril 16, 2004

Sabeis esa maldición gitana que dice:
"¡que tengas a los pintores en casa!"
Pues si, los tengo en casa. Aunque tengo que reconocer que el tema pintura a domicilio, ha avanzado un montón desde mi último contacto.
La última vez que tuve a los pintores en casa, todavía vivía con mis padres. Fueron dos semanas durante las cuales nunca supe en qué cuarto iba a dormir por la noche. Como por arte de magia, cada vez que volvía de clase, las habitaciones habían cambiado su distribución. El mobiliario, alfombras, libros, montones de libros, toneladas de libros, realizaban un peregrinaje absurdo por todas las habitaciones de la casa. Más que pintores eran transportistas (de distancia corta, eso si). Teníamos que comer en la salita y cocinar en el baño. En aquella época, España todavía no hacía demasiado caso a las gilipolleces de la Unión Europea sobre la toxicidad de algunas sustancias, así que para no correr el riesgo de morir asfixiados mientras dormíamos, lo hacíamos con la ventana abierta, con el consiguiente riesgo de congelación.
No me extraña que pasaran tantos años hasta que volvimos a pintar.
Ahora creo que lo hacen más rápido, pero yo por si acaso, me he ido de casa en cuanto he visto que sacaban la máquina del gotelet.

miércoles, abril 14, 2004

Ultimamente estoy recordando muchos momentos de mi infancia. Recuerdo sobre todo las cosas que hacíamos la familia (mis padres, mi hermano y yo). Recuerdo cuando salíamos a comer calamares y croquetas los sábados, las horas de coche metidos en el atasco del domingo por la noche cuando volvíamos a casa, oliendo el tabaco negro de mi padre y escuchando el carrusel deportivo, cuando estábamos todos juntos a la hora de comer mientras mi padre leía el periódico y mi madre se afanaba en la cocina. Recuerdo los nervios del día que nos íbamos de vacacionesy la tristeza lluviosa del día que volvíamos. Casi todos los recuerdos son agradables, pero ahora los revivo con un nuevo punto de vista. Trato de imaginar qué era lo que pensaba mi padre en esos momentos, lo que sentía cuando nos veía a mi hermano y a mi, tan felices y tan ajenos al mundo como ahora lo es p. Qué difícil debía ser transmitir siempre esa sensación de seguridad, protegernos y mantenernos felices aunque él estuviese pasando malos momentos.
Ahora estoy empezando a comprenderlo. No es justo que los problemas del mundo afecten a un niño pequeño. Aunque desgraciadamente ocurre con frecuencia.
Tengo miedo, no se si seré capaz de hacerlo tan bien como lo hizo mi padre, no se si conseguiré mantener a mis problemas alejados de p, no se si conseguiré transmitir aquella sensación de seguridad.

La vida es un juego complicadísimo que tiene un manual de instrucciones penoso y al que le faltan páginas.

domingo, abril 11, 2004

A continuación reproduzco unas anotaciones que he hecho sobre una de mis coplas favoritas. Ojos verdes de Rafael de Leon. Es parte de una vieja idea mía sobre hacer un portal dedicado a la Copla. (Tengo una versión en inglés para guiris y japoneses)


Apoyá en er quisio de la mansebía
miraba ensenderse la noche de mayo;
pasaban los hombres y yo sonreía
hasta que a mi puerta paraste el caballo.


El comienzo de la historia nos sitúa en el tiempo y el espacio y presenta a los personajes: una manceba (a.k.a. concubina, puta, ramera) y un caballero (porque lleva caballo, no por otra cosa)

«Serrana, ¿me das candela?»
Y yo te dije: «Gaché,
ven y tómala en mis labios
que yo fuego te daré».


Serrana: Habitante de la sierra.
Gaché: Gachó
Nótese el primitivo método de acercamiento. Para los más jovenes traduciré:
-Nena, ¿tienes fuego?
-¿No te sirve con el fuego de mis ojos?

Dejaste er caballo
y lumbre te di,
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos pa mí.


Vamos, que a él le pareció bien, y a ella mejor. Ya que estás trabajando, intenta pasarlo lo mejor posible.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.


El estribillo es bonito, pero como aporta poco a la historia no lo comentaré.

Vimos desde el cuarto despertar el día
y sonar el alba en la Torre la Vela.
Dejaste mis brazos cuando amanecía
y en mi boca un gusto de menta y canela.


Pasaron la noche juntos, pero como todo lo bueno se acaba el gachó se tiene que ir, no sin dejar un regustillo muy agradable en la boca de la manceba (háganse libremente las interpretaciones que uno quiera)

«Serrana, para un vestío
yo te quiero regalá».


El: "Se que eres puta y tu sabes que yo lo se, pero como no es cuestión de que ninguno de los dos lo reconozca, vamos a hacer las cosas con elegancia"

Yo te dije: «Estás cumplío,
no me tienes que dar na».


Ella: "Muy elegante, pero para chula yo y me doy por pagada con el revolcón que me has dado, porque una será puta, pero no es de piedra"

Subiste ar caballo,
te fuiste de mí
y nunca una noche
más bella de mayo
he vuelto a viví.


La moraleja de la historia: A todo lo bueno se acostumbra uno, lo malo es que después se echa de menos.

Antes, cuando en mi vida había algo que me molestaba o preocupaba, no dejaba de darle vueltas en mi cabeza hasta que:
a) Perdía el sentido original y olvidaba cuál era el principio de mi preocupación.
b) Lograba cabrearme de tal manera, que acababa haciendo algo irracional que pasaba a ser mi preocupación principal.
Con eso de la madurez, las personas cambiamos. Ahora, cuando me ocurre algo de esto, lo almaceno en mi memoria a largo plazo etiquetado como "material para mi novela".
Gracias sobre todo a la familia de P, tengo un material de primera para escribir "la gran novela europea de principios del siglo XXI"

jueves, abril 08, 2004

Cuando era pequeño, el color verde me daba dolor de cabeza. Se que suena realmente raro, pero así era. Si miraba un dibujo coloreado en verde, o la hierba de un prado, inmediatemente notaba cómo se producía una molesta tensión entre mis oidos y mis ojos. A esa tensión la acompañaba una ligera y desagradable sensación de náusea. Al principio pensaba que era algo que le sucedía a todo el mundo, pero enseguida descubrí que sólo que ocurría a mi, que a la mayor parte de la gente, el verde era un color que le producía sensaciones agradables.
Esta curiosa sinestesia se fue pasando con el tiempo hasta que la olvidé. Hasta hoy. Hace un rato, mientras veía cómo p se probaba un vestido verde, esas viejas sensaciones de malestar volvieron, nítidas como si hubiese seguido sufriéndolas todos los días de mi vida.
Tengo miedo de mirar algo de ese color y comprobar el efecto que me produce. No lo entiendo y me molesta. ¿Podría ser que hay cosas que vemos cuando somos niños y que por alguna circustancia dejamos de percibir cuando nos hacemos adultos, salvo en contadas ocasiones en las que, por algún motivo ignorado, sufrimos una regresión?

martes, abril 06, 2004

(Lease con bigote)
Ana, ¿cómo voy a dar clase en Georgetown si lo único que se decir en inglés es espagueti y astronauta?

La semana pasada estuve de vacaciones. Traté de olvidar todo lo que me recordase al trabajo, así que ni encendí el ordenador (sólo en algunos momentos de emergencia) ni el móvil. Este último sigue desconectado ahora. Resulta que no es indispensable para vivir!!! (quién lo hubiera dicho)
Por tanto, no tuve demasiadas ocasiones para hacer blogging y me he dado cuenta de los efectos que eso me causa. Inicialmente, la idea de escribir este diario era una especie de terapia para intentar sacar de mi, todas las cosas que me molestan (que a medida que me hago mayor aumentan en número), mediante el conocido procedimiento de escribirlas y hacerlas públicas. En esta semana sin apenas escribir, me he dado cuenta del gran bien que me hace. Hoy me desperté sintiendo una presión en el pecho, y he estado todo el día angustiado, sin saber por qué.
Puede que la culpa haya sido de la comida familiar del domingo en la que un pariente de un pariente nos contaba que sólo puede comer pollo y setas porque hace un régimen-super-super-estricto, pero que le ha venido muy bien perder siete kilos, porque ahora puede esquiar mucho más tiempo sin cansarse, y además los giros le salen mucho mejor.
O puede que la culpa sea de los terroristas suicidas y las cartas bomba, que siguen apareciendo como setas por todo el pais.
O quizá la culpa sea de haberme enterado que para cualquier trabajo miserable te piden un dominio perfecto del inglés, y sin embargo gente que no sabe una palabra de ese idioma consigue un trabajo glamouroso en una gran universidad angloparlante.
O que alguien me ha dicho que Farruquito va a dejar de bailar y piensa poner una autoescuela:
(-Aaaaaay, vamos a echarle la curpa al Richard que es menor y sólo lo van a meter en el tutelar...)

No lo se.
La verdad es que pronto hará un año que comencé a escribir este diario y sigo como al principio (o peor)

Pero a quien se le ocurren los títulos de las películas de Penélope Cruz. Son más cursis que que una funda de ganchillo para el móvil:

-Fan Fan la Tulipe
-Todos los caballos bonitos
-La mandolina del capitán Corelli

Si es que...