sábado, abril 30, 2005

p ha dicho:

"Marian es una zorra"

Evidentemente:

jueves, abril 28, 2005

Recuerdo la sorpresa que llevé al enterarme de que en el resto del mundo no era normal comer pipas de girasol. Fue en mi primer viaje a Francia, con mis padres. Un compañero del colegio me había pedido que le trajera una bolsa de pipas, pues en aquella época, casi todos los niños éramos ávidos devoradores de estas semillas. Además, si nuestros mayores hablaban con emoción acerca de los vinos y quesos de aquel país, por qué no íbamos nosotros a catar las variedades extranjeras de pipas.
Sentí una gran desilusión y extrañeza al enterarme de que uno de nuestros pasatiempos favoritos se consideraba una excentricidad fuera de España. La cuestión es que aquí, la mayor parte de la gente ni se lo plantea, por eso nos parece perfectamente normal que el agente del FBI Fox Mulder se distraiga comiendo pipas, cosa que en EEUU, aparte de él, sólo hacen hamsters, loros y, probablemente el gerbo de Richard Gere. Lo de Mulder es aún más divertido porque su otro rasgo asocial es ver películas porno, reconocedlo, otro de los pasatiempos patrios favoritos (aunque yo nunca lo hago).
Casi cualquier español podría escribir una tesis doctoral sobre las pipas. Sus diferentes variedades, formas de comerlas, etc...
En aquella época, cuando era consumidor asiduo, el mercado estaba repartido entre dos marcas principales: Arias y Churruca.
Las Arias eran alargadas, con poca sal y muy uniformes en aspecto. Algunas de las pipas carecían casi completamente de manchas, lo que les daba un aspecto extraño. La otra marca, pipas Churruca, era la favorita de los niños. Las pipas eran redondeadas, con cáscara oscura y mucha, muchísima sal. Era normal encontrar pegotes de sal y pipas que se metían en la boca hasta deshacerlos. Las pipas Churruca, nunca supe por qué, también solían incluir pequeños palos de madera, que al ser mordidos tenían un sabor entre rancio y tostado.
Arias y Churruca eran las marcas más conocidas, de hecho, creo que Churruca sigue existiendo. Pero también había otras, por ejemplo las que se compraban en los bares de pueblo o las de mercadillo a granel. De las primeras, recuerdo las pipas Facundo, de slogan surrealista. Venían presentadas en bolsa pequeña, ilustrada a colores con un toro recién matado y un orgulloso torero infantil. Una viñeta impresa decía: "Y el toro dijo al morir: Siento dejar este mundo sin probar pipas Facundo".

Las pipas venían presentadas en bolsas de plástico, no esa especie de papel plastificado que hay ahora. Y por supuesto, no venían al vacío. Se abrían de un mordisco y era costumbre repartir puñados entre los amigos. Costaban 10, 15 o 25 pesetas. Siendo las bolsas de 15 el tamaño más adecuado para los trayectos de autobús escolar, que era el lugar favorito para comer pipas. Por supuesto, esto no hacía demasiada gracia a los conductores, lo cual, unido al hecho de que en aquella época el guantazo preventivo era una práctica común y aceptada, nos hacía aguzar el ingenio para comer pipas y no manchar con las cáscaras. Algunos, los menos, las tiraban por la ventana, otros hacían pequeños ceniceros con hojas de papel o simplemente se guardaban las cáscaras en los bolsos. Los más avanzados las comían metiéndose las pipas enteras en la boca y almacenando las cáscaras en un carrillo, cual abazón de hamster, con el fin de escupirlas, una vez fuera del vehículo. Por último, había quien se las comía con cáscara (!) Yo personalmente, siempre fui incapaz de utilizar los dos últimos sistemas. Yo era de los de la hojita de papel.

Hay dos técnicas básicas para comer pipas. La primera es meterse la pipa entera en la boca, partirla con los molares, comerse el grano y escupir la cáscara. Es como lo hacen los niños, y funciona, pero es lento, poco estético y... disperso. Ya que gran parte de la gracia del asunto es crear montoncitos de cáscaras. La segunda técnica consiste en tomar la pipa entre los dedos índice y pulgar, morderla con los incisivos y con un hábil movimiento de lengua extraer el grano. A continuación, con un movimiento despectivo, se tiran las cáscaras, o bien se amontonan en un lugar adecuado. Esta técnica tiene la ventaja de ser muy rápida (hay auténticos virtuosos), lo cual te beneficia si estás compartiendo con otras personas.
Hay variaciones, por ejemplo existe gente que pela las pipas con sumo cuidado y va amontonando los granos hasta tener una cantidad suficiente que se mete de golpe en la boca. Supongo que por este tipo de gente se inventó la aberración de las pipas peladas, las cuales, para mi gusto, no tienen ninguna gracia.

La cuestión es que a día de hoy, después de casi tres décadas comiendo pipas, no se por qué lo hacemos. Desde luego no es por su sabor, extrañamente indefinible. ¿Será porque entretiene? ¿por qué lo hace todo el mundo? No lo se.



PS: Vivir para ver. Ver para creer. Las pipas Facundo tienen web

lunes, abril 25, 2005

Increible.
Abro mi agenda y veo que es el segundo aniversario de este blog.

¡Si parece que fue ayer cuando pusimos la primera velita!

Sigo echando de menos las mismas cosas que hace un año.
Cada día estoy más seguro de qué es lo que quiero. Pero todavía no tengo claro cómo conseguirlo.
Un día de estos voy a parar. Me voy a poner a pensar y trataré de solucionarlo.
Un día de estos...

viernes, abril 22, 2005

En un momento en el que la muerte del Pontífice obliga a muchas personas a calcular su nuevo equivalente Bacon (no en vano JP2 fue importante elemento pivote en el entramado de las relaciones orbe-personales), he confirmado que la blogosfera ha mandado a hacer puñetas la teoría de los Seis grados de separación. Esto resulta tremendamente divertido para tipos como yo (y reconócelo, como tú), que llevan años buceando en la red esperando encontrarse a algún conocido/a en, por ejemplo, una página de porno amateur.
Sin llegar tan lejos, y por medio de Emma, he dado con un blog de alguien a quien conozco. Digamos que nuestros entornos intersecan. De momento sólo la conozco de vista. Pero eso, hace aun más interesantes sus posts.
Barbie, podría dejarte un mensaje enmascarado, pero no se me ocurre ninguno que no suene inquietante, así que por favor, sigue con tu blog.
Gracias!

martes, abril 19, 2005

Veamos.
Tres días en otra ciudad. A una distancia de casa que me hubiese permitido ir y volver todos los días (a costa de madrugar bastante). Acuerdo con P quedarme en un hotel. La primera vez que duermo fuera de casa en meses. P dice que podrá hacerse cargo de todo. La creo, o más bien quiero creerla.
La ciudad me encanta. Es uno de mis lugares favoritos. La conozco bien y se disfrutarla. Aprendo a dar clases con resaca. Incontables vinos. He vuelto a la universidad. Deliciosas tapas martirizan mi estómago mientras quedo deslumbrado por el proyector.
¿Era yo tan joven cuando estudiaba? No ha pasado tanto tiempo. ¿O si?
Me mezclo entre los estudiantes. Olvido los taxis y me desplazo en autobús. Quedo prendado de la sonrisa de una chica. Parece feliz. ¿Qué preocupaciones podrá tener?
Me pregunto cómo me ven. Decido que prefiero no saberlo.
La noche es fría. Ahí está otra vez ese tipo solitario. Bebe un vino tras otro y lee su libro. La euforia del principio es sustituida por aburrimiento resignado.
Estoy cansado.
¿Tienen sentido del humor los cardenales?
Si lo tienen resulta perverso.

lunes, abril 11, 2005

Tarde despejada de principios de primavera. Paseo indolente con el ceño fruncido. El viento revuelve mi cabello y no puedo quitarme de encima el anhelo de encontrar a alguien conocido. Alguien que me distraiga de los pensamientos que rebotan en la parte interior del craneo produciendo un ruido comparable al de las tripas de cuatro millones de peregrinos.

Inexplicablemente, pienso en una copa de cristal rojo de la Bohemia. Remedo de los granates. Que son remedos de rubí. Corindón que sueña ser diamante. Diamante que sueña ser rayado.
Aunque sólo lo raye su igual.
La herida que más duele es la que te hace tu igual. La que sangra sangre espesa. Olorosa como vino de Toro. Cinco litros por 9,90. Prefiero que me mate el vino a que lo haga el trabajo.

Voto a Morrison que voy por el buen camino.

domingo, abril 10, 2005

De repente siento la imperiosa necesidad de meter un tetra-brick de zumo de naranja en el congelador. Me veo cortándolo con unas tijeras de cocina, extrayendo el ladrillo pegajoso. Lo dejo encima del mármol y lo contemplo. Lo lamo. Mi lengua se pega a él. No sabe a naranja. Es un bloque de energía en estado sólido. Pulsátil, vibrante. Huele a plástico frío. Su estructura homogenea me conmueve, pero tengo la certeza de que bajo su sencillez se esconde el secreto de una raza que todavía no ha nacido.
Despierto. Es domingo. Veo a Morrison en televisión. Sonrío. Qué ingenuo pensar que en el otro lado haya algo que merezca la pena.

miércoles, abril 06, 2005

Oido en RNE:

"...Rainiero III ha fallecido...Su hijo Alberto pasará a ser el regente de este minúsculo principado situado en..."

-¿el sur de Europa?
-Naaaahhh

"...situado en el centro del glamour..."

Toma lección de geografía bizarra.

martes, abril 05, 2005

Mi suegra me ha llamado para contarme que se ha encontrado con Jaime Peñafiel en El Jardín de Serrano. Ella muy discreta, fue a saludarle, y de paso contarle un par de capítulos escabrosos de la vida de la abuela de la princesa Letizia, incluyendo uno sobre bailar desnuda encima de una mesa (o algo así)
Peñafiel, muy educado, le agradeció la información, pero ya se la sabía porque, según le confesó, bebe de las fuentes del pueblo. Es decir, de señoras como mi suegra que por algún motivo que no alcanzo a comprender admiran a semejante especimen.
Lo más preocupante de todo es que, según me confesó, mientras estaba con el periodista?, lo único en lo que pensaba era "ya verás cuando se lo cuente a poncho"

Para que digan que me llevo mal con mi suegra.


lunes, abril 04, 2005

Me he pasado el fin de semana completamente subyugado por el poderío tremendísimo del disco "Amar Duele" de Falete.
Versiones desgarradoras de algunas de las mejores canciones de desamor que jamás se hayan escrito, como "Lo siento mi amor" de estribillo conocidísimo: hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo, "Señora" o "Payaso"
Un imprescindible.
El día que lo descubran en NY, con ese look de drag queen folclórico va a arrasar.



Tiembla Jurado!

viernes, abril 01, 2005

¿Sabes cuando el cuerpo te pide comida basura?
¿Cuándo notas que lo que más te gustaría es comerte una grasienta hamburguesa, o un enorme plato de costillas?
Hoy me he tomado la tarde libre. Y en vez de hacer el millón de cosas que tengo pendientes en casa o algo productivo, me la he pasado tirado en el sofá viendo los resúmenes de los realities recién estrenados en TV.
Ahora me siento saciado (y algo sucio)

A veces suceden cosas...
...que te hacen seguir creyendo en los Reyes Magos.
Una de ellas es google.
No sólo han sacado gratis el mejor software que he visto para ordenar álbumes fotográficos (Picasa), sino que han empezado a aumentar la cuota de las cuentas de gmail con vistas a alcanzar los 2GBs.
Da un poco de miedo.

Por cierto, si alguien quiere una cuenta de gmail que me lo diga. Me sobran un montón.