Una de las series de TV con las que más me he reido ha sido Friends. He visto todos sus capítulos (varias veces) y aunque últimamente han perdido chispa, de vez en cuando consiguen arrancarme carcajadas.
Mi personaje favorito siempre ha sido Chandler. Me gusta porque tenemos varias cosas en común: ambos hacemos chistes cuando nos sentimos incómodos, nos suscribimos con nombres falsos (normalmente de mujer) a catálogos por correo y ninguno de mis familiares y amigos sabría explicar en qué trabajo.
En uno de los últimos episodios Chandler deja su trabajo. Un buen trabajo en el que sin embargo, no se siente feliz. Decide volver a comenzar su vida haciendo lo que realmente desea, el problema es que parece no estar muy seguro de qué es esto último.
Llevo meses sintiendo lo mismo, el problema es que yo no soy el personaje de una comedia de TV y, sinceramente, no me atrevo a mandar mi trabajo al diablo y comenzar de nuevo.
Hoy por la mañana observaba al bebé en su cuna mientras p se vestía para ir al colegio. Los dos son tan felices que me angustia pensar en los miles de cosas que podrían estropear su alegría. Se que no podré protegerles durante toda su vida, y que antes o después crecerán y aprenderán a sufrir por uno u otro motivo (como hemos hecho todos), pero hoy, sólo pensar en eso me pone un nudo en la garganta.
martes, mayo 24, 2005
Publicado por Poncho a las 09:18
viernes, mayo 20, 2005
jueves, mayo 19, 2005
miércoles, mayo 18, 2005
Todas las mañanas llevo a p al colegio. Seguimos una rutina: Salimos cinco minutos tarde, escuchamos un programa de humor en la radio, cantamos la sintonía del programa, aparcamos, la llevo hasta la puerta, me da un beso y entra en la clase.
Pero hoy no fue así. Cuando entramos en el colegio, vió a una amiga y se fue corriendo tras ella. Yo la seguí para recibir mi beso, pero entró en clase hablando con su amiga y sin mirar atrás.
La llamé, pero no me oyó... creo.
Publicado por Poncho a las 11:29
viernes, mayo 13, 2005
Ayer mi hermano nos invitó a cenar a su casa. Niños con la abuela. P y yo salimos "de solteros". Delicatessen, mucha conversación y risas. Ribera del Duero y Cava.
Delicioso.
Retiramos pronto, a la una de la mañana. Mientras bajamos por la escalera me suena el busca. Mierda.
Tengo que conducir 40 kilómetros y hacer una de las tareas menos gratas de mi trabajo.
Me alegro de no haber tomado el tercer vodka.
Llego a casa a las 5:00, duermo, me levanto a las 7:30
Estoy enfadado y cansado.
Al menos es viernes.
Publicado por Poncho a las 21:52
miércoles, mayo 11, 2005
Cansado. Desanimado y triste.
Por haberme dado cuenta de que no me gusta mi trabajo. Y no me refiero a que cobre poco ni a que esté descontento en la empresa. No. Es algo más preocupante. Algo que no se arreglará aunque cambie de trabajo.
Resulta frustrante comprobar que aquello para lo que has estudiado, el tipo de trabajo que te ilusionaba y te animaba a terminar una carrera que hacía tiempo que había dejado de gustarte, no está hecho para ti. Lo peor de todo es que lo malo no es el contenido, sino la forma. Odio tener que poner buena cara y dar la razón cuando no la tienen. Sonreir y tratar de ser amigable con personas que no soporto. Mentir y hacer ver que lo tienes todo muy claro cuando no tienes ni idea de qué estás haciendo. Estoy cansado de hacer mi papel, cuando se que todos los demás están haciendo el suyo.
¿Qué es lo que quieres recordar cuando te estés muriendo?
Desde luego, no me gustaría recordar que una buena parte de mi vida fue una mentira, promocionada, alentada y construida por un sistema económico (supongo) que busca desesperadamente el beneficio rápido, aun a sabiendas de que a la larga no se sostendrá. Me gustaría recordar otras partes de mi vida, que no tienen que ver con el trabajo. Se que hay gente que consigue separar esas dos vidas, pero yo sigo soñando con plazos de entrega y con problemas imprevistos.
¿Qué te gustaría hacer?
Me gusta escribir. Me gusta contar historias. Me gusta que me escuchen.
Salida dice que hay guionistas que ganan una pasta, pero me temo que ese mundo sería las brasas de mi sartén. Además, tengo una vida demasiado ordenada para ser guionista (siempre me imagino como un personaje de Charlie Kauffman)
¿Astenia primaveral? Seguramente
Publicado por Poncho a las 23:01
domingo, mayo 08, 2005
Sal a la calle. Mira toda esa gente. Desconocidos. La mayor parte de ellos no merecen la pena. Pero algunos...
Algunos pueden contarte historias tremendas. De amores perdidos y odios encontrados.
¿Cuántos de ellos habrán matado a alguien?
¿Cuántos habrán estado a punto de morir?
¿Cuál de ellos morirá mañana?
Esa mujer perdió al amor de su vida en la guerra. No ha vuelto a estar con un hombre.
El joven que cruza la calle le roba dinero a su madre y se lo gasta en putas.
El hombre del pañuelo al cuello jugó al poker en los cinco continentes. Ganó millones, pero perdió mucho más.
La chica con las bolsas de la compra piensa dejar a su novio en cuanto llegue a casa. No sabe que hoy dormirá en la cárcel por matarlo.
Es posible que alguna de esas personas pudiera convertirse en tu mejor amigo, o incluso en algo más. ¿No es caprichoso el destino?
O será que el destino es la mente enferma de un guionista ocioso.
Dos webs deprimentes:
Postsecret
43things
Publicado por Poncho a las 01:25