Una de mis escenas favoritas en La Edad de la Inocencia es el encuentro entre Archer y Ellen en la casa de campo de los van der Luydens. Es uno de los breves momentos en el que los enamorados imposibles se encuentran a solas, y quizá en el que más se acercan el uno al otro, incluso llegando a tener una discusión de esas que sólo se pueden tener con las personas que más importan en tu vida. La escena termina con un anticlimax de una crueldad que Archer no se merece:
[Ella no contesta. El sigue mirando por la ventana. Entonces la siente, acercándose por detrás. Sus brazos le rodean el cuello, abrazándole. El se da la vuelta... y la ve tal como es en realidad, todavía sentada en la silla. Archer vuelve a mirar por la ventana y ve a Julius Beaufort llegando por el camino de la casa.]
Beaufort es la antítesis de Archer, ostentoso, arrogante, extrovertido y con la sensibilidad de un ladrillo. Por supuesto, colma de atenciones a Ellen, y aunque ella deja bien claro que esto no le agrada, Archer siente cómo Beaufort se entromete en un terreno que debería ser sólo suyo, aunque tampoco tenga ningún derecho sobre Ellen. Paradojas del amor.
Cuando Beaufort entra en la casa, al principio no ve a Archer y comienza a contarle a Ellen que ha encontrado una casa perfecta para ella. Lo dice, como todo lo que hace ese hombre, dotando a cada palabra de una doble intención que lo convierte aún en más odioso de lo que es. Finalmente, Beaufort ve a Archer y se produce un incómodo silencio. Eso es algo que los tipos como Beaufort no soportan, el silencio. Por qué callarse cuando podrías estar diciendo algo para que se fijen en ti, así que Beaufort dirigiéndose a Archer dice... y por fin llegamos al motivo de este post. En la versión original, Beaufort dice:
-Well, Archer, rusticating?
Que en una traducción libre sería algo como:
-Qué tal Archer, de campo?
Qué no es más que un inocente smalltalk o chitchat, el equivalente yanqui a hablar del tiempo o de cualquier cosa intrascendente.
Sin embargo, en el doblaje español, cuando Beaufort ve a Archer le dice:
-Qué pasa Archer, está melancólico?
Que cambia completamente la intención, pero que es mucho más agresivo y definitorio de qué tipo de personas son las involucradas en la conversación.
Así me siento desde hace una temporada. Melancólico en el sentido Newland Archer. No hay nada que vaya especialmente mal en mi vida, pero no me encuentro animado. Nada de lo que hago me satisface. Me hago mayor y mi cuerpo se resiente (aunque estoy bastante seguro de que muchos de mis achaques están favorecidos por mi estado de ánimo). Mis hijos crecen y veo que tienen los mismos defectos que yo. Por supuesto tienen muchas virtudes, pero no soy capaz de apreciarlas. Me veo dentro de una década, haciendo lo mismo que hago ahora, pero con diez años menos por delante.
No, definitivamente no me encuentro bien.
lunes, marzo 19, 2007
Publicado por Poncho a las 12:41
Etiquetas: gritos en el desierto