sábado, agosto 14, 2004

Estoy bien... si no me muevo demasiado.

La familia de P, ha tenido la inolvidable experiencia de haber visto a Poncho en modo boda.
Ayer se casó una prima de P. Para que os hagais una idea de cómo era el asunto, la representación masculina de la familia de la novia se reducía a su padre y a mi. Por tanto yo era un invitado, digamos, bastante visible. Sobre todo porque estaba acompañado de P (que estaba preciosa) y de mis inevitables cuñadas: Patty y Selma, que, todo hay que decirlo, se portaron muy bien y disimularon su horror cuando me vieron entrar en acción.
Y es que en las bodas me convierto en una máquina de diversión: como, bebo y bailo de una forma que no pasa desapercibida para nadie. Siempre me propongo controlarme, pero nunca lo consigo.

Eso si, lo paso de maravilla...

Lo malo es el día siguiente (ahora). Es medianoche y sólo ahora estoy empezando a recuperarme...