He soñado que me robaban el coche. Para solucionarlo, le encargaba a un chino 500 muñecos de navidad tamaño pingüino gigante. Tras un duro regateo, el chino accedió a bajar el precio, pero a cambio de sustituir la nariz y la boca del muñeco por un tapón de coca-cola y una patata frita.
Desperté con una gran carcajada. Lo cual es muy extraño porque hace tiempo que no me río.
Pensé en despertar a P y contarle el chiste del chino, pero dí media vuelta y seguí durmiendo. Creo que fue una buena elección.
miércoles, febrero 27, 2008
Publicado por Poncho a las 11:00
Etiquetas: gritos en el desierto