lunes, marzo 26, 2007

Una vez más, un post de La Bella Teoría me tiene durante varios minutos mirando al vacío. En esta ocasión, el autor reflexiona sobre la existencia de cualquier combinación arbitraria de números dentro de los infinitos decimales de Pi, sobre cómo podría utilizarse esa característica para codificar, por ejemplo, cualquier texto haciendo corresponder sus caracteres o palabras con secuencias numéricas y sus posiciones dentro de los decimales de Pi.

Esto, unido a la idea de que la información contenida en el azar debe ser neutra, es decir, el azar no puede aportar información, nos lleva a que no sólamente las obras de Shakespeare y El Quijote estarán contenidos en el número Pi, sino que también lo estarán todas las demás obras literarias, incluso las que todavía no se han escrito, ya que paradójicamente, de otra manera, el número Pi sería sospechosamente antinatural. Y eso sí que no...

¿Por qué contentarse con la literatura, o la música, o cualquier arte? ¿Por qué quedarse en el reino de las ideas?
Si Pi es la relación entre radio y perímetro de una circunferencia y la circunferencia es la figura geométrica más perfecta, ¿no podría existir un Pi que relacione distintos parámetros de nuestro universo físico y por ende a nosotros mismos?
¿Quiere esto decir que todo lo que existe, ha existido o existirá se encuentra predefinido en una constante matemática y que, por lo tanto, da igual que yo esté (o no) escribiendo esto, ya que haga lo que haga nada (o todo) cambiará?