viernes, enero 30, 2004

¿Nunca habeis tenido la sensación de que todo lo que hay a vuestro alrededor es mentira? ¿De que la vida no es más que una broma cruel y brutal?
Sólo hay que concentrarse un poco y tratar de ser consciente de lo que nos rodea. No será difícil encontrar cosas cuya aparente falsedad, no toleraríamos entre los efectos especiales de cualquier película de serie B.
La naturaleza está llena de ejemplos:
Parece ser que todos los seres vivos que existen en el mundo, son el resultado de un proceso azaroso, guiado por unas reglas evolutivas impuestas por el entorno y aplicadas a lo largo de millones de años.
Resulta, que el escenario en el que se desarrolla el juego de la evolución, es una bola de minerales que hace unos cuantos miles de millones de años se condensó alrededor de una inmensa esfera incandescente compuesta principalmente de los elementos químicos más sencillos del universo (Hidrógeno y Helio), que a su vez están compuestos de minúsculas partículas a caballo entre la materia y la energía.
Esos minerales, se formaron decenas de miles de millones antes, en el corazón de otras estrellas que agotaron su larga vida y explotaron enviando al vacío las semillas de futuros mundos.
Pero no hace falta ir tan lejos. En la vida cotidiana tenemos imanes, fuerza de gravedad, electricidad, matemáticas, las pirámides, las nubes que veo desde mi ventana...
Pararos a pensarlo un momento, encontrareis multitud de ejemplos similares que tienen difícil explicación en un mundo tan "real" y "ordenado" como en el que vivimos.
No voy a hablar sobre los inventos de la humanidad: gobiernos, economía, arte. Aunque curiosamente, pese a estar construidos sobre unos cimientos que no entendemos, muchas veces son más reales que la propia Realidad.
Seguramente es mi crisis existencial que ataca de nuevo, pero últimamente, los únicos momentos en los que tengo la sensación de estar cerca de la Verdad, son cuando miro las estrellas y cuando veo la sonrisa de mi hija.