Se acabó. Ya no tenemos casa. La hemos vaciado y vendido. Todas nuestras posesiones se encuentran dentro de un contenedor de una empresa de mudanzas. Ha sido más duro de lo que pensaba. La visión de la casa vacía me recordó inevitablemente cuando la vimos por primera vez y nos enamoramos de ella. ¿Puedes sentirte un traidor para cuatro paredes? ¿O es que una casa es algo más que cuatro paredes?
En aquel piso, P y yo comenzamos una vida juntos, nuestros hijos dieron sus primeros pasos por su suelo. Mirando los últimos siete años, podemos decir que hemos sido felices ¿Puede todo el mundo decir lo mismo? ¿Qué parte de "culpa" tiene el entorno en la felicidad? ¿Qué sucederá ahora? ¿Seguiremos siendo felices o se estropeará algo?
No veo el momento de que pasen un par de meses y nos encontremos (espero) reinstalados en la nueva casa.
Por ahora, lo mejor del asunto es la actitud de los niños. A p le dió un ataque de risa cuando vió la casa vacía, y ponchito... a ponchito le parece todo bien mientrás esté con su mamá.
No se si había comentado que p tiene novio. Se llama h y es un santo. Ella ya tiene organizada la vida: Van a ser granjeros y van a tener muchos animales. Lo único que no le convence es que a veces, sólo a veces, h no hace lo que ella dice, y eso no puede ser, "porque las chicas son las que mandan"
sábado, febrero 25, 2006
Publicado por Poncho a las 11:59