martes, julio 20, 2004

¡Cuántas cosas han sucedido en una semana lejos del teclado!
P y yo hemos exterminado una granja entera de patos a base de comer hígados, magrets, corazones, confits, foeis, mi-cuits y demás chacinería anádica.
Hemos tenido una semana de relax visitando pintorescos pueblos y agradables playas. Por cierto que las playas de esa zona tienen cierto interes arqueológico, ya que toda la costa atlántica de Francia está adornada con los restos de bunkers y cañones de la segunda guerra mundial, ahora reciclados como lienzo de graffiti.
Aquellos dolores que creía que eran causados por mi imaginación persistieron y se llegaron a hacer realmente molestos (en una zona que no debería doler) con mi consiguiente preocupación (ya me conoceis). He ido al médico y despues de realizar una exploración palpatoria de ciertas zonas que no están acostumbradas a ese tipo de caricias me ha dicho que no me preocupe por esos dolores y que los ignore (¡como si fuese tan fácil!).
Acabo de encender mi móvil y sólo tenía una docena de mensajes en mi buzón (que no pienso escuchar). Me da miedo mirar el buzón de correo...
Hoy nos hemos enterado de que unos de nuestros mejores amigos también están expecting, lo cual ha alegrado mucho a P, ya que así tendrá una compañera de embarazo con la que compartir síntomas y dolencias.
Ya hace tres días que no sueño con el trabajo. Bien por mi!
Mi cuñada Patty se ha ido de vacaciones, lo cual nos dará quince días de tranquilidad (espero)
Y Blogger ha añadido un montón de nuevas características.
A veces, la vida es sencillamente maravillosa. (Lo cual no quita, para que la mayor parte del tiempo sea una auténtica mierda, pero eso es otra historia...)