sábado, agosto 28, 2004

Recapitulando.
Dos semanas casi seguidas en Madrid. Más trabajo del que he tenido nunca. Dos semanas aguantando gilipolleces (no tiene otro nombre) de clientes gilipollas (evidentemente).
Hoy es sábado y acabamos de llegar (P y yo) de la boda de un amigo, lo cual ha sido lo único bueno de la semana en Madrid (bueno, eso y la cena en el Tao de Juan Bravo, pero eso es siempre un valor seguro). Agradablemente, porque estábamos bastante cansados de toda la semana, y P en su estado no da mucho de si, la boda ha sido relativamente ligera. En realidad muchísimo más ligera que las bodas a las que estamos acostumbrados en nuestra "casa".
En fin, todo muy higiénico. Buena comida, un poco de baile, barra libre, y la gente empezando a despejar a media tarde. Las bodas a las que estamos acostumbrados comienzan por la mañana y terminan... por la mañana...
Esas bodas, son conocidas como bodas marathon por el estado en el que acaban los concurrentes.
La cuestión es que lo pasamos muy bien, vimos a personas que hacía años que no veíamos. La historia es como sigue: Hace unos años, un 12 de septiembre de 2001 (día D+1), como los jovenes inconscientes que éramos, decidimos irnos de viaje a Turquía. En el aeropuerto, nos encontramos con un par de compañeros de trabajo (de los que me llevo bien con ellos) , así que hicimos el viaje juntos. Durante ese viaje, uno de ellos, llamémosle J, conoció a A y comenzaron una relación que, hoy han formalizado, así que ha sido una especie de reencuentro con la gente de aquel viaje. Muy agradable y divertido.
Por lo demás, estoy bastante cansado de esta maldita ciudad en la que hago poco más que trabajar. Leo en los trayectos del Metro y por las noches salgo a cenar o al cine. Así es que llevo una semana sin poner un triste post, tarea que he encontrado bastante importante para mantener mi higiene mental. Y no es que no tenga cosas que decir, pero estoy tan cansado...