Todas las mañanas llevo a p al colegio. Seguimos una rutina: Salimos cinco minutos tarde, escuchamos un programa de humor en la radio, cantamos la sintonía del programa, aparcamos, la llevo hasta la puerta, me da un beso y entra en la clase.
Pero hoy no fue así. Cuando entramos en el colegio, vió a una amiga y se fue corriendo tras ella. Yo la seguí para recibir mi beso, pero entró en clase hablando con su amiga y sin mirar atrás.
La llamé, pero no me oyó... creo.
miércoles, mayo 18, 2005
Publicado por Poncho a las 11:29