Cada vez aprecio más los viernes.
Hoy el trabajo no ha ido del todo mal.
El avión casi sale en hora.
Me han dicho que tendré que trabajar mañana, pero será poco, espero. (Es horrible, ya no me extraña nada de este trabajo)
Como es un día señalado (inicio de puente), el aeropuerto estaba hasta arriba, y mi billete, oh sorpresa, tuvo que ser en clase Business, lo cual me ha permitido retomar una vieja costumbre de cuando Iberia ofrecía bebidas a los meros turistas. Me he bebido de un tirón una mini botella de Ribera del Duero que me ha causado tal estado de euforia, que la aproximación al aeropuerto, que siempre se hace inclinando el avión demasiado para mi gusto y entre desagradables turbulencias, casi resultó divertida.
P está preciosa.
p está encantadora.
Tengo una familia increible, y me acabo de tomar un whisky.
Buenas noches...
viernes, octubre 08, 2004
Publicado por Poncho a las 23:36