sábado, octubre 23, 2004

Lo mejor de mi semana en Madrid fue la cena del martes. Salí con unos amigos (M y F), nos metimos en el coche sin saber a dónde ir. Tras cinco minutos de discusión, M propuso ir al restaurante de comida rápida de Ferrán Adriá. Nos pareció buena idea, pero ninguno de nosotros sabía dónde quedaba. Sabíamos que estaba cerca de un hotel... Meliá, ¿o era un NH? Como no era cuestión de comenzar a vagar por la ciudad, decidimos hacer las cosas bien y llamamos a uno de esos servicios de información telefónica.
-¿Que cómo se llama el restaurante?... Fast Good (o algo parecido).
-Ningún problema, la dirección es Padre Damián 23
-Muchas gracias...(cuelga el teléfono) ¿pero dónde coño es esa calle?

Por suerte, F es un tipo de recursos, y propuso parar en una gasolinera. Yo pensé que para preguntar, valdría cualquier sitio, pero él tenía otros planes.
Paramos en la gasolinera, bajamos del coche y F entró en la tienda. Se dirigió al expositor de planos y mapas, y allí, sin cortarse un duro, abrió un callejero de Madrid y buscó la calle. Nadie le dijo nada!

La cuestión es que está muy cerquita del Bernabeu, en el Eurobuilding. Así que para allá nos dirigimos.
El local es agradable, con decoración moderna. Tiene un expositor en el que puedes escoger ensaladas, bebidas (tienen botellitas de vino para una persona) y macedonias de fruta. También tiene una barra en la que puedes pedir el resto de comidas y el plato del día, que fue lo que yo me comí. Aquél día, el plato eran huevos fritos con patatas y paletilla ibérica. Las patatas muy bien fritas, los huevos con puntilla y la paletilla excepcional. Todo por 7,20 euros.
Bastante bien, para ser Madrid..., y muchísimo mejor que la comida de aquel día, que había sido un espantoso bocadillo del Pan's and company comido de mala manera en el Metro.