Con la edad se va perdiendo la vergüenza. También se deja atrás la osadía que da la ignorancia y la capacidad de sorprenderse. Como esto no es cosa buena, hay que buscar nuevos estímulos en los que puedas sentirte un principiante absoluto.
Aunque no tenga mucho que ofrecer, aunque no haya demasiado para llevar, soy blogger, por tanto lo cuento todo, y como recientemente he descubierto lo divertido que es cocinar, haciendo gala de mi total falta de vergüenza, voy a poner una de las (4) recetas que controlo:
Pollo agridulce (para dos personas)
Dos filetes de pollo cortados en tiras
Una zanahoria grande (o dos pequeñas)
Un pimiento (rojo, verde o mitad y mitad)
Una cebolla
Una cucharada de miel
Medio limón
Salsa de soja
Cortar los vegetales en trozos pequeños y poner a pochar con un chorrito de aceite y sal, en una sartén, a fuego medio y tapado. Cocinar durante diez minutos y añadir un chorro de salsa de soja. Seguir cocinando hasta que los vegetales empiecen a adquirir una textura suave (unos quince minutos más)
Mientras los vegetales se hacen, rebozar el pollo con harina (he encontrado una harina especial para tempura que es una maravilla) y freir hasta que quede dorado, pero no demasiado.
Una vez que los vegetales estén listos, añadirles el pollo.
Es el momento de comenzar con la salsa agridulce. Añadimos a la mezcla de vegetales y pollo el zumo de medio limón y una cucharada de miel. Seguir cocinando unos siete minutos mientras se revuelve (con herramientas de madera, siempre con herramientas de madera).
Servir con arroz.
Llamadme cocinillas...
Nota importante: Un jardín tan extraño no se responsabilizará de los posibles problemas de salud derivados del consumo de esta receta.