De nada sirvió desnudarnos bajo la luna llena y pintar en la barriga de P, antiguos símbolos celtas. Puede que la culpa haya sido por usar lápiz de labios en vez de sangre de un cordero recién sacrificado, pero se nos habían terminado los corderos recién sacrificados.
Me temo que no sólo no ha funcionado el ritual, sino que hemos enfadado a alguna deidad rencorosa, ya que las últimas veinticuatro horas han sido horribles:
-P sigue embarazada. Si sus pies siguen hinchándose, tememos que exploten.
-Yo tengo un gripazo de aupa, con fiebre, tos y dolor de piel.
-Se nos ha estropeado la caldera y no vendrán a arreglarla hasta el lunes, por tanto tendremos que vivir sin agua caliente ni calefacción.
Y es que es peligroso jugar con las fuerzas de lo desconocido.
viernes, febrero 25, 2005
Publicado por Poncho a las 13:07