jueves, diciembre 04, 2003

Dice el presidente que somos la octava potencia económica del mundo, pero el paro sigue subiendo (ya está en un 9% de la población activa), y yo trabajando como ingeniero de sistemas, gano menos que un camarero en Londres o París.
La semana pasada tuve la oportunidad de conocer las carreteras de Francia. Todavía estamos a años luz de tener una red viaria decente. Lo que aquí son autopistas, En Francia son carreteras nacionales, y lo que en Francia son autopistas, aquí apenas existen. Por ejemplo, cada veinte kilómetros hay áreas de servicio, las más cutres, las que no tienen gasolinera ni cafetería, están perfectamente acondicionadas, con servicios higiénicos, zonas de reposo, árboles... En España, las áreas de servicio son esanchamientos del arcén con dos bancos y una papelera.
Por cosas como esta somos la octava economía del mundo. Todo el dinero que no gano (respecto a mis colegas europeos) y todo el dinero que pago con mis impuestos, NO se dedica a servicios para la población, sino que sirve para financiar, por ejemplo, guerras ajenas y pagar funerales de espías que en vez de recopilar información que sirva para arreglar nuestros problemas, se dejan matar en lugares donde nadie les ha llamado.