He visto en TV una entrevista con Paul Auster en la que contaba una anécdota acerca de la actitud estadounidense hacia lo extranjero. Parece ser que el estado de Alabama había emitido un decreto mediante el cual quedaba suprimida en todo el estado la enseñanza de idiomas extranjeros. Rápidamente un equipo de televisión de una de las grandes cadenas se desplazó hasta allí para comprobar la actitud de la población hacia este tema.
Uno de los primeros entrevistados comentó que estaba a favor del decreto y lo apoyaría, ya que "si el idioma inglés fue bueno para Jesús, será suficientemente bueno para mi".
Siempre me ha parecido que ser estadounidense y saberlo tiene que ser horrible...
viernes, septiembre 12, 2003
Publicado por Poncho a las 15:09