Antes, cuando en mi vida había algo que me molestaba o preocupaba, no dejaba de darle vueltas en mi cabeza hasta que:
a) Perdía el sentido original y olvidaba cuál era el principio de mi preocupación.
b) Lograba cabrearme de tal manera, que acababa haciendo algo irracional que pasaba a ser mi preocupación principal.
Con eso de la madurez, las personas cambiamos. Ahora, cuando me ocurre algo de esto, lo almaceno en mi memoria a largo plazo etiquetado como "material para mi novela".
Gracias sobre todo a la familia de P, tengo un material de primera para escribir "la gran novela europea de principios del siglo XXI"
domingo, abril 11, 2004
Publicado por Poncho a las 01:35