jueves, mayo 13, 2004

Carmen Caffarel suprime las tertulias políticas en RNE

La verdad es que lo estaban pidiendo a gritos.
Soy escuchante de radio desde pequeño. Mi madre siempre tiene la radio encendida, incluso varias radios en distintas habitaciones de la casa. Mis gustos en cuanto a programas han ido cambiando con la edad. He pasado por las fases de radio-fórmula-40-principales, programas de humor, magazines nocturnos, deportivos, etc.
Por las mañanas, acostumbraba a escuchar Radio Nacional, porque aunque todos los programas de esa hora son más o menos iguales, RNE es la única que no pone publicidad, lo cual es un aliciente a la hora de escuchar.
La pena es que hace unos meses tuve que dejar de escucharla porque en lugar de informar trataba de formar (opiniones, claro).
Soy de los que opina que una radio (y una televisión) pública, que pagamos entre todos, debe ser objetiva e imparcial, y limitarse a informar de la actualidad. Las opiniones no tienen lugar en un foro como ese. Además, si queremos escuchar opiniones afines (o contrarias) a las nuestras, todos sabemos las emisoras que debemos sintonizar.
La radio nacional debe ser un espacio neutro desde el punto de vista informativo. Hace unos meses leí un artículo escrito por Don Mario (Vargas Llosa) en la que contaba algo que tiene relación con esto:
Durante la época en que se libró la guerra de las Malvinas, Don Mario vivía en Londres, y allí seguía con atención los estupendos noticiarios (la fama de la BBC no es vana) que cubrían el conflicto. Estos programas incluían apariciones de los líderes de ambos paises: la primera ministra británica Margaret Thatcher y el general Jorge Rafael Videla. Fueron las apariciones televisivas de este último, las que provocaron que, extrañamente, Tories y Conservadores uniesen sus fuerzas en la cámara de los comunes. Ambos bandos pedían responsabilidades al gobierno, porque en los programas de la BBC estaban poniendo discursos del enemigo. Hicieron comparecer al director de la BBC quien
afirmó ante la camara que abriría una investigación al respecto.
Unos días después, el director de la BBC volvió para explicar el resultado de sus investigaciones. El hombre dijo que tras haber examinado minuciosamente todo el metraje correspondiente a la cobertura del conflicto, se veía en la obligación de felicitar a todos los redactores de informativos de la BBC por haber ofrecido una visión tan objetiva e imparcial de la noticia. El tiempo de apariciones de Thatcher y Videla estaba perfectamente repartido al cincuenta por ciento.

Eso es un director de Televisión (esta vez la pongo con mayúsculas). Jugándose su cargo y anteponiendo la neutralidad e independencia de la cadena a los deseos políticos (sean éstos cuales sean). Ojalá, algún día tengamos en España unos informativos así de independientes (aunque lo dudo)