jueves, mayo 27, 2004

Era demasiado bonito.
En uno de mis habituales buceos por las brumosas redes de peer-to-peer encontré lo que parecía ser la edición española de "100 colpi di spazzola", el libro de Melisa Panarello que ha conmocionado a Italia y a parte de Europa.
Se trata de un diario en el que la protagonista de quince años relata su iniciación al sexo de una manera bastante poco convencional (o eso quiero pensar yo) y cómo acabó descendiendo por una espiral de orgías y sadomasoquismo. Vamos, una historia con todos los ingredientes para ser un best-seller :-P Al principio se tomó como obra de ficción, pero todo resultó ser cierto y Melisa ocultó su identidad hasta que alcanzó la mayoría de edad. Parece que hubo bastante polémica, pero las cosas han terminado calmándose. A pesar de todo, dicen que el libro está bastante bien escrito y que la joven promete (como escritora, se entiende).
Llevaba tiempo detrás del libro y ya estaba resignado a leer la versión inglesa o a desempolvar mi curso de Italiano en 14 días, ambas opciones poco recomendables, la primera por absurda y la segunda por poco operativa. La opción de comprarlo, de momento la tengo descartada...
Así que me llevé un alegrón tremendo cuando encontré este ejemplar. La alegría duró poco, exactamente dos párrafos, uno de los cuales reproduzco a continuación:

Nos es caliente, un calor tórrido, seco. Siento el sonido de la televisión encendida en la otra habitación y me llega la pequeña voz de mi hermana que entona la sigla de un dibujo animado, fuera un grillo grita su despreocupación y todo es calmo y templado dentro de esta casa.

No hay que ser Umberto Eco para darse cuenta de que está traducido por algún software con pocos escrúpulos literarios y estilísticos. Puede que me vuelva loco antes de terminar el primer capítulo, así que seguiré buscando.

Son curiosas las cosas que suceden con la globalización. El otro día compré en un top-manta el DVD de Buscando a Nemo y resultó ser un screener de una proyección en México. Normalmente me encanta oir los diferentes acentos que hay en América, (tengo que hablar sobre esto en otro post), pero he descubierto que sólo me gustan cuando son "de versión original". Ver la traducción de una película al castellano con un acento que no es el mío me pone nervioso. Hace poco leí en un blog argentino que a alguien le había sucedido lo mismo a la inversa (consiguió la versión doblada en España)