sábado, mayo 01, 2004

Como casi siempre que se amenza, no fue para tanto. Ni la tormenta que auguraban los meteorólogos, ni el viento fuerte en la aproximación que nos dijo el comandante. Un vuelo muy tranquilo y un aterrizaje casi suave.
Mejor.
Salvo lo de la borrachera (aunque todo se andará), he cumplido el resto de tareas que me había marcado. Me siento extrañamente satisfecho. Tendré que apuntarlo.