Me he dejado influir por las (buenas) críticas y he ido a ver "21 gramos"
La película son tres historias que fluyen hacia un lugar común para, a partir de ahí, fundirse hasta el desenlace. La originalidad viene de la estructura narrativa. Las historias están contadas en desorden temporal, lo cual obliga al espectador a concentrarse en el hilo de la historia. Al principio resulta desconcertante, pero en poco tiempo las piezas empiezan a encajar. En este aspecto, me ha recordado mucho a "Memento". El problema, es que el puzzle se alarga demasiado, y lo que al principio resultaba estimulante, hacia el final de la película resulta tedioso. Con el agravante de que la historia no da un respiro. Es angustiosa de principio a fin. La atmósfera es sucia y los escenarios pasan de la asepsia más impersonal a los más deprimentes lugares.
Las interpretaciones de los tres protagonistas son... intensas. Quizá demasiado. Es algo a lo que Penn nos tiene acostumbrados. Parece que pasada su época de pipiolo y marido de Madonna, se ha autoencasillado en personajes atormentados que le van bien a su aire a lo James Dean del ciberespacio. Del Toro en su línea de macho con sobrepeso y las principios firmes. ¿Cuándo le veremos en una comedia?. ¿Y Naomi Watts? Pues parece que por fin ha hecho una película decente.
En resumen. No me ha gustado. Reconozco que la historia es buena, y está bien contada. Pero antes de la primera hora, ya empecé a mirar el reloj, se me ha hecho eterna. Creo que parte de la culpa de su lentitud viene por la cantidad de planos casi fijos, de duración excesiva, que buscan darle trascendencia a ciertos momentos de la historia.
Se podría haber hecho más con menos.
miércoles, febrero 18, 2004
Publicado por Poncho a las 00:11