Debería existir una ley que obligase a quitar, inmediatamente después de las elecciones, todos los anuncios de la campaña electoral.
Esas caras de mirada penetrante y expresión autosuficiente se vuelven todavía más obscenas cuando ya no tienen sentido, tras el recuento de papeletas.
Ahí si que le vería yo utilidad a los carteles de Harry Potter en los que los personajes del anuncio se mueven y gesticulan...
martes, marzo 23, 2004
Publicado por Poncho a las 20:45