sábado, marzo 20, 2004

Qué escasos son y qué poco duran los momentos perfectos. Precisamente ahora estaba teniendo uno de esos momentos y lo he interrumpido para escribir este post. Suena contradictorio, pero estaba resultando tan agradable que necesitaba compartirlo con alguien.
He estado toda la semana fuera de casa y al llegar me encuentro con que P y yo tendremos a nuestros sobrinos (C y c) en casa durante el fin de semana. Sus padres, Patty y M, están intentando arreglar su matrimonio (o su divorcio, o lo que sea) y se están dando una segunda oportunidad en forma de fin de semana (no se si romántico o no) esquiando. Además, por si fuera poco, estoy de guardia, y mi busca puede sonar en cualquier momento (espero que no) para dirigirme a Dios sabe dónde...
Pero P ha decidido irse con todos los niños, Selma y su madre a pasar la tarde fuera de casa, dejándomela para mi sólo. (Siempre la quiero mucho, pero cuando hace estas cosas la adoro). Así que he puesto un CD de Debussy en el equipo de música y he empezado a leer un libro que me apetecía desde hacía tiempo...

Maravilloso, delicioso, incomparable...

mmmm, cada vez me gustan cosas más simples.